lunes, 11 de marzo de 2013

MUCHO DINERO, POCO COMPROMISO

Las plazas de América no se derrumbarán sin las figuras. José Tomás se cayó de Aguascalientes. Pretendía cobrar casi un millón doscientos mil dólares por reaparecer en la feria de San Marcos… 

(Juan Medrano Chavarría)


A propósito de los exorbitantes honorarios que José Tomás pretendía embolsarse en Aguascalientes, -más de un millón de dólares-, donde anunciaba su reaparición y tal parece que definitivamente no va; y de los petardos que las otras figuras reventaron en plazas de América como Lima, Cali, Manizales, Medellín y México, donde impusieron el medio toro y se alzaron con el talego. La polémica está servida. Quién dará el puntillazo a la fiesta; los taurinos o los antis…? 


El run run se propaga desde hace un buen tiempo: las figuras están acabando con la fiesta. Se escandaliza el cotarro, luego las cosas retoman su color. Queda el remordimiento y el alboroto; aquella oración es apenas realidad consagrada de uno de los lastres más inequívocos de la fiesta. 

Escasísimos periodistas comprometidos lo denuncian, callan los más y el gremio asiente sumiso. Pasa en España. En América la realidad es simplemente patética; las figuras cobran como los que más pero imponen el medio toro, el bóvido que ellos o sus veedores reseñan en el campo, el que sin la edad, el trapío y el cuajo, servirá para sus gestas de gloria. 

Pasó recientemente en Lima con la indecorosa corrida del señor Roberto Puga, donde el asunto tuvo ribetes de escándalo; en Cali con los impresentables de Las Ventas y Ernesto Gutiérrez que mató El Juli, quien también degustó el mismo bocadillo en Manizales; el drama se trasladó a Medellín, donde el de la Puebla del Río desgranó su arte ante otro par de remedos de don Ernesto; y como frenético colofón, en la misma México el querubín Manzanares mató una indecible becerrada que ni los románticos y extasiados narradores charros pudieron dorar. 

Pero lo de José Tomás es de efemérides. Joaquín Ramos, uno de los veedores españoles del divo, en el verano de 2010 rebuscó entre unos treinta toros de la ganadería bogotana del maestro Rincón, a los toros que el de Galapagar mataría en la Santamaría el 21 de febrero de aquel año junto a Manzanares y el colombiano Pepe Manrique. Este cronista fue testigo del mal momento que vivió el ganadero, quien nos comentó que empleó casi una semana para reunir jornada tras jornada a los toros que podrían servir para la corrida del maestro. Reunidos en la plaza de tientas, los encierros eran escrutados, toro por toro, por el veedor, que finalmente se decidió por los seis más los sobreros. El domingo, como era lógico, los anovillados fueron para José Tomás y los más gordos y voluminosos para el nacional Pepe Manrique. 

Esta realidad propició que los empresarios colombianos, muy especialmente los de Cali, prescindieran de las llamadas figuras durante algunas temporadas. Recuerdo alguna vez a los hombres fuertes de Cañaveralejo visitando Madrid para contratar a las figuras, y retornar sin contratos y enfadados por las desmedidas pretensiones de aquellos muchachitos envueltos en papel caché. 

Al 2013, las ferias cafeteras sólo contratan a una figura base de cartel. Felizmente la afición no ha decrecido; por el contrario, los abonos se mueven con aquellos interesantes toreros españoles que dan batalla y enaltecen el toreo. Allí están los nombres de Fandiño, Castaño y Fortes. En Lima hubieron entradas importantes no porque hubieran figuras en todas las corridas, sino porque en Acho confluyeron toreros fajadores y también de los artistas que arrearon ante toros cuajados y enrazados; binomio que es, en fin de cuentas, el verdadero sostén de la fiesta. 

Las plazas no se derrumbarán sin las figuras; en cambio, la afición perderá interés por la fiesta si continúan vendiéndole novillos en vez de toros, y elevando el precio de las entradas a niveles inalcanzables para su economía. Lo demás es puro cuento. 

Las plazas de la América taurina tienen que hacerse respetar…!!


 EL Juli con este novillo adelantado al que indultó en la reciente feria de Manizales. 

Manzanares tampoco asumió su categoría de figura del toreo. Miren lo que toreó en Lima. En La México también fue abroncado por el impresentable lote de Marrón que mató.

Morante toreando con sentimiento a este discretísimo ejemplar del señor Ernesto Gutiérrez, en la corrida que abrochó la feria de Medellín.