martes, 28 de noviembre de 2017

SIN EL TORO, NO HAY FIESTA QUE VALGA

Cuando el último domingo el maestro de Béziers traspuso a hombros el umbral de la bicentenaria, muy pocos estaban convencidos de lo que vieron y del pírrico triunfo del francés. Y no lo disfrutaron porque -otra vez- el discreto trapío de los toros, más los dislates de la presidencia, le restaron categoría al espectáculo y a una corrida que ilusionó a los pagantes, pero que no fue lo que dijeron, ni mucho menos lo que anunciaron… 

(Juan Medrano Chavarría)


Una pena que la gente salga descontenta de Acho, largando de lo mala que estuvo la corrida, anunciada como del Puerto de San Lorenzo y finalmente reemplazada por la Ventana del Puerto, su hermana menor. Algunos ejemplares, véase el 2°, saltaron sin el trapío requerido para una plaza como Acho; y otros, como el 5°, disminuidos por alguna lesión, sin que el juez echara mano de los sobreros, armándose descomunales broncas que deslucieron el espectáculo.