Muñoz demostró una vez más su solvencia en banderillas, su elegante manejo del capote y, sobre todo, una muleta variada y llena de recursos.
Por: Carlos Alexis Rivera
La reciente Feria de Mayo de San Felipe dejó un balance positivo para la tauromaquia nacional, consagrando al valenciano de origen, pero peruano de corazón, Manolo Muñoz, como su gran triunfador. El torero, quien participó por partida doble en esta feria yaracuyana que recobra fuerza en el panorama taurino venezolano, sumó así su segundo gran éxito en suelo patrio, a pesar de lidiar con importantes disminuciones físicas.
Su destacada actuación en San Felipe se suma a la grata impresión que dejó previamente en la Feria del Sol de Mérida. En esta ocasión, Muñoz cortó dos merecidas orejas al segundo toro de su primera tarde, un ejemplar de la ganadería San Antonio que noblemente se entregó a la lidia del espada. Este logro adquiere aún mayor relevancia al conocerse que Muñoz enfrentó el compromiso mermado por las secuelas de múltiples fracturas en la nariz, así como la rotura del tendón de la ingle y contractura del aductor izquierdo...
Conocido también como el "Caballo de Mil Batallas", Muñoz demostró una vez más su solvencia en banderillas, su elegante manejo del capote y, sobre todo, una muleta variada y llena de recursos. Su entrega y pundonor fueron aún más evidentes considerando las limitaciones físicas con las que salió al ruedo. Esto reafirma el excelente momento que atraviesa este torero, quien desarrolla una activa campaña en ruedos peruanos.
Tras este importante triunfo, Manolo Muñoz regresa a Perú con la satisfacción de haber dejado una huella profunda en la afición venezolana, ávida de nuevas figuras en sus plazas. Su valentía y determinación, sumadas a su toreo de sentimiento y alegres adornos, le abren, sin duda, las puertas para seguir haciendo el paseíllo en futuras ferias de Venezuela.
