viernes, 6 de febrero de 2015

FESTIVAL EN LA TIERRA DEL SOL

Paiján, tierra de incomparables ocasos, asentada en los antiguos predios donde florecieron los moches, celebra en febrero al Señor de los Milagros. Es zona ganadera y de buenos aficionados al Caballo de Paso Peruano, uno de cuyos mejores criadores es el señor Aníbal Vásquez Nacarino, a la par también ganadero de reses bravas…

(Textos y fotos: Juan Medrano Chavarría)


Cada temporada, don Aníbal impulsa la organización del festival taurino que ya es tradición entre la afición liberteña. Con su peculio ha remozado el coso dotándolo de una valla segura y reemplazando los vetustos portones y puertas; de tal forma que la plaza lució de verdadera categoría para el evento donde los paijaneros disfrutaron de una buena tarde de toros y gran ambiente.

CARAVELÍ CERRÓ SIN TROFEOS

El mal juego del ganado echó al trasto los buenos augurios de la afición caravileña. El sampedrano de Cubas tuvo algún atisbo y por allí el huancaíno construyó faena de orejas que las perdió tras pinchar. Serna tragó lo más duro y dio una vuelta al ruedo…

(Desde Caravelí, textos y fotos de Juan Medrano Ch. Especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava).


La fiesta es así. Desapasiona cuando menos se espera. Y ayer, luego de la gran tarde inaugural, nos llevamos un fiasco por el inesperado juego del ganado; faltos de ritmo, cadencia y compás; sólo arrollando como en estampida. Empero, el corrido 4° bueno de capote pero en la muleta se paró y sólo un alquimista como Cubas pudo someterlo, -muy quieto él- gustándose y pergeñando tandas por el pitón derecho que el público agradeció.