viernes, 20 de julio de 2018

El fútbol le echó una mano al toreo

Tres diestros peruanos en un cartel de feria buena. Casi como un sueño, pero hecho realidad. En Bambamarca se dio este cartel con toros de San Pedro y Salamanca con la salida a hombros del Yeta, torero de la tierra, en el ocaso de la tarde. 

(Desde Bambamarca, Cajamarca, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría) 


En tiempos de extrema alienación y desarraigo cultural, un pueblo apostó por una terna nacional y no le fue mal. Hubo más de media entrada y el público salió contento, más con el triunfo de su torero predilecto, César Bazán El Yeta, nacido en tierras bambamarquinas y ausente la temporada anterior, que volvió a ser llamado esta vez para llevar alegría a los tendidos. 

La lluvia hizo amago pero todo quedó en fina llovizna, y a las cuatro de la tarde aparecieron por la puerta de cuadrillas Paco Céspedes, de Grozella y Oro, El Yeta, de Teja y Plata, y Emilio Barrantes, de Azul Rey y Oro. Los tres impecablemente vestidos y con la ilusión de triunfar en la plaza que les abría las puertas para mostrar su tauromaquia. 

Pero los toros pusieron las cosas difíciles a los espadas. El que abrió plaza, para Paco Céspedes, a pesar de su endeblez, traía peligro sordo y no tardó en hacer morder el polvo al chiclayano. Ese pitón derecho era de terror y tras cantarle sus malas intenciones un par de veces, repartió paliza y susto. El 4°, de Salamanca, venía más templado y con un pitón derecho –sino claro-, por donde se le podía hacer el toreo. Paco lo intentó, insistiendo pero algo desconfiado, tal vez por las indescifrables miradas del animal, viéndolo poco claro y sin resultados halagueños. 

Llegado el turno para El Yeta, tomó su capote y se fue en soledad y como los valientes para la puerta de los sustos. Se hincó y esperó a que apareciera el de San Pedro, lo birló y desató la locura en los tendidos. El animal era de carril y por el lado derecho iba más largo y humillado. Cogió los palos y tras clavar enmendando, la gente estaba tan entusiasmada con el torero que lo pasó por alto todo y se echó a disfrutar, como debe ser en las tardes de toros. Con la mano derecha le cogió el aire al buen sampedrano y vimos tres series de buen trazo, muy a los modos del bambamarquino. Por el pitón izquierdo había menos tela y el torero apuntaló su quehacer con desplantes y tocaduras de pitón, muy del agrado del público, hasta coronar con un certero espadazo que le valieron –tras el clamor de la gente-, las dos orejas del buen toro sampedrano. El 5° no tuvo modales ni maneras pero mucho poder, arrollando y desbaratando las buenas intenciones del torero, que pretendió justificarse sin permitírselo el salmantino, achuchándolo y estropeándole el bonito traje que dejó en proyecto antes de morir el recordado Siete Lenguas y remató con arte su hijo Esteban junior. 

Barrantes, joven torero cajamarquino hijo del matador de toros retirado del mismo nombre, también abrigaba ilusión en su capote, sin embargo, el toro le echaba las manos por delante, embestía a topa carnero y en ese afán perdía los remos. Tras el picotazo de Cahuantico los muletazos fueron por alto para sostenerlo, pero el animal no perdió sus arrestos y quería comerse al torero, afianzándose, revolviéndose y buscando las zapatillas. El toro parecía estar arriba, pero tras probar con la otra mano, el viaje era más corto. Vuelto a derechas, Emilio sacó la raza, el orgullo y con el corazón dibujó tres muletazos donde dejó patente que el que mandaba era él. El 6° tuvo buena condición y el torero pudo desbrozarse desde el capote, y de allí hilvanar buenos muletazos con la mano derecha, muy de su marca, hasta que el fuelle del toro se fue diluyendo y tras persistir, tuvo que ir a espadas, cobrando una oreja con petición de la segunda. 

Ficha. Jueves día 19 de julio de 2018. Corrida de la Peruanidad. Tarde nublada con poco más de media entrada. Reses de San Pedro 1° 2° 3°, y Salamanca 4° 5° 6°, terciados y de variado juego. Resultado Artístico: Paco Céspedes (Grozella y Oro con remates en Azabache) Media estocada delanterillas y desprendida, descabello, palmas. Pinchazo, estocada delantera, palmas. El Yeta (Teja y Plata) Estocada contraria, dos orejas y vuelta al ruedo al toro. Estocada caída, vuelta al ruedo tras petición de trofeos. Emilio Barrantes (Azul Rey y Oro) Estocada contraria, dos descabellos, ovación. Estocada caída, oreja. Incidencias. El banderillero Santiago de la Rosa saludó desde el tercio tras clavar un buen par al corrido 6°. 

 Emocionante ver una corrida con  tres espadas peruanos deseándose suerte...

 Y a Paco Céspedes brindándole la muerte de su primer toro al Yuca, que cumplía años...

 Pero el torero no tuvo albricias. El toro le dio coba...

 Hasta que lo cazó.

 El Yeta volvía a su plaza. Esperó a portagaiola a su primero...

 Lo banderilleó...

 Toreó con la muleta...

 En algunas series buenas...

 Y se echó a matar con determinación...

 Paseando dos orejas...

 Y adjudicándose del trofeo de la Corrida de la Peruanidad.

 Emilio Barrantes tuvo un duro compromiso...

 Que resolvió...

 Hasta con pinturas como esta...

 Cortándole una oreja al último de la tarde.

Y el buen sampedrano, corrido segundo, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.