domingo, 18 de agosto de 2019

PUERTA GRANDE PARA SIMPSON Y ADMIRACIÓN PARA LAMELAS EN HUAMACHUCO

Con hambre de gloria el torero limeño le arrancó las orejas al 3° y sufrió una escalofriante cogida en el 6°. Alberto Lamelas se jugó la vida con verdad y sin cuento en sus dos toros y tuvo que salir también en volandas, pero el juez se lo negó. Oliva Soto, el buen torero de Camas, marchó de vacío y sin dejar huella en el festejo por los 50 años de la plaza de Huamachuco. La corrida de San Simón, excepto el 1° y 6° terciados, saltó fuerte pero sin regalar nada. Hubo que ponerse y tocarle las teclas para descubrirla… 

(Desde Huamachuco, La Libertad, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)


La bella y copiosa Huamachuco, la del imponente campanario, de floridos valles y eterna frescura, está de fiesta. El pueblo celebra a la Virgen de la Alta Gracia y por estos días de mediados de agosto la afición taurina también conmemora el medio siglo de existencia del recinto taurino más importante de los andes liberteños. 

Por esta efemérides, ayer se dio el primer festejo de tres que van hasta el 19 de agosto. Partieron plaza el sevillano Oliva Soto, de concha y vino en azabache, el torero de Jaén Alberto Lamelas, de Azul Rey y Oro, y el diestro limeño Alfonso de Lima, de Corinto y Oro. La corrida de San Simón planteó dificultades y de salida no se empleó en el percal, excepto el lote del peruano que se arrancó en largo con mayor recorrido aunque discreto de clase. 

El 3°, un toraco mal picado que intentó adueñarse de la plaza, con fondo y que iba pa´lante, fue el más importante de la tarde. Tras desengañarlo con un soberbio doblón, el animal lo pensó y decidió enfrascarse en la pelea. Grandiosa la actitud y predisposición del peruano, que echó la moneda al aire y se la jugó muy a su manera, primero por derechazos que tuvieron emoción porque el toro transmitía; después por naturales alguno despacioso porque el torero se ralentizó, y tras ello echándose a matar con perfecto dominio de la situación. Dos orejas que el rubio torero paseó feliz arropado por las congratulaciones de los tendidos. 

El 6° se dejó torear de capote y Foncho lo aprovechó para mostrarse templado y seguro. Lo esperó en los medios muleta por delante y tras la explosión de los primeros muletazos el animal hace por él y le propina terrible voltereta enganchándolo del abdomen y la espalda. El Camucho le hace providencial quite y tras la conmoción el torero saca fuerzas de donde no hay y prosigue en la batalla. El toro medio se para pero vislumbra fondo. El torero receta algunos naturales templados y va a por la espada esta vez sin premio. 

Lamelas le puso cojones a la tarde. Las dos largas en el tercio con las que recibió a su primero fueron ni más ni menos una declaración de intenciones. Al voluminoso animal le cuesta meter la cara en el capote y en la muleta tampoco le sobra la clase. El torero de Jaén se pone y cuando le baja la mano por el pitón derecho el toro va y lo lleva toreado y sometido. Por el otro pitón intenta llevarlo largo pero el animal no corresponde. Lamelas lo hace todo con mano firme y siempre cruzándose al pitón contrario, dejándose ver y con planta ininmutable. Los desplantes son soberbios porque también tienen verdad y lo hace a la antigua, jugándose la vida. Al 5°, otro pavo con romana que pegaba tornillazos y gañafones, le hace faena de idéntica tesitura, puesto él y porfiando siempre por abajo, con exposición y mando. Logra algunos pases con la derecha pero el toro busca las tablas y véanlo que grande se pone Lamelas en esos terrenos, arrimándose y exponiendo los muslos en pos de alguna arrancada. El público lo siente y valora, menos el juez, ex – matador de toros, que negó una oreja de ley y la puerta grande a un torero que durante toda la tarde se jugó la vida sin cuento ni fábula. 

Pena lo del gran torero de Camas Oliva Soto. Se le vio inseguro y con poca ilusión. Cierto que sus oponentes iban con la cara arriba y sin humillar, pero ciertamente se movían y el torero aunque intentó acomodarse naufragó en el intento. Sólo muletazos sueltos y deslucidos por poco comprometidos al primero, y alguna trincherilla con sabor al 4°, un bruto al que había que torear con manos de seda, marcaron una tarde para el olvido para el torero andaluz. 

Ficha. Sábado día 17 de agosto de 2019. Tarde soleada con plaza rayando en lleno. Reses de San Simón para Oliva Soto, pinchazo, estocada caída, palmas. Dos pinchazos y estocada caída, palmas tibias. Alberto Lamelas, pinchazo, estocada delantera, descabello, oreja. Estocada delantera, descabello, palmas. Alfonso de Lima, Estocada delanterilla, dos orejas. Media estocada y cuatro descabellos, palmas. 

 Oliva Soto no tuvo una buena tarde...

 Sus toros no humillaron, pero al camense le faltó poner lo suyo. Marchó de vacío.

 Grata sorpresa la de Lamelas, que estuvo hecho un verdadero tío...

 Poniéndose con verdad y corriendo la mano sin chistar...

 Y con planta de artista... Miren cómo encaja los riñones y manda...

 Pegando muletazos imposibles, como al rajado 5°...

 Y este desplante con sabor añejo...

 Pena que la actitud del juez le privara de la puerta grande, pero paseó una oreja de ley de su primero.

 Foncho también estuvo en lo suyo con este toraco...

 Al que desengañó con este soberbio doblón...

 En una faena pura emoción con la mano derecha...

 Y al ralentí con la zurda, por donde el toro acometía más templado...

 Y matando contundente...

 14. Para pasear dos merecidas orejas...

 Y disfrutar de la puerta grande.

 Con el 6° también se le vio dispuesto, pero el animal le echó mano...

Con El Camucho en providencial quite.