viernes, 22 de diciembre de 2017

ROCA REY CREANDO AFICIÓN EN QUITO ¡VIVA EL REY ANDRÉS!

Los niños son el futuro de nuestra fiesta y transmitirla en toda su dimensión será una tarea de todos los que amamos y respetamos este bello arte. Andrés, es el principal y el más importante embajador de la tauromaquia peruana en el mundo como nunca alguien lo hizo. Por ello y por muchas cosas más el máximo respeto al maestro. 

(Miguel Angel Pardo Navarro)


El jovencísimo maestro Andrés Roca Rey en su paso por la plaza de San Isidro Labrador de Latacunga (Quito), en los últimos días de noviembre (foto de portada), aparece creando afición en los niños, futuro de la fiesta en el hermano país ecuatoriano tan golpeado por el abuso de sus autoridades que restringieron los toros en la capital del país con consecuente daño a su cultura, costumbres y libertades.
Por ello en el Perú cuidemos nuestra fiesta y el máximo de respeto para Andrés, por haber puesto el nombre del Perú en el más alto sitial de la tauromaquia mundial, como nunca antes un torero lo hizo...

Ecuador, país golpeado por los políticos oportunistas que han limitado derechos fundamentales de la libertad para decidir y decidir que afecta a los aficionados, profesionales del toro y todo aquel que de una u otra manera genera ingresos para su familia y su país a través del turismo y otras fuentes. Personalmente hemos comprobado en las principales plazas del interior del hermano país ecuatoriano, como Ambato y Riobamba solo se permite el ingreso a personas mayores de 17 años, de esta manera quieren acabar con la fiesta y la crianza del toro bravo. Increíble pero cierto.

Volviendo a nuestra primera figura Andrés Roca Rey, luego de la feria limeña algunos (léase conspicuos lectores de cuanta literatura hay en sus bibliotecas de renombrados autores taurinos, hicieron el esfuerzo mental tratando de calcar su toreo al descrito en los libros cuestionando que el diestro no toreaba igual a lo que dicen las reglas de sus - libritos - leídos tantas veces antes de asistir a la feria, lectores muy agudos en su crítica que por cierto en su haber cuentan con las justas los cinco festejos en Acho, ya que nunca se les ve en las plazas del interior del país, conociendo nuestra realidad, menos en alguna plaza de los países taurinos), fungieron de especialistas y formadores de opinión en las redes sociales que aguantan todo tipo de propósitos y despropósitos, exageraron en sus impulsos de aficionados de bien y con el ojo rojo hasta quisieron restarle méritos y criticaron su técnica y valor para torear; mientras tanto en otros países se resalta sus formas, técnica y valor, tal como se describe su participación en Latacunga (Quito), en el mano a mano con el valenciano Enrique Ponce: 

"El segundo se lo pensó para aparecer por la puerta de chiqueros, pero en cuanto lo hizo se encontró con un arrebatado Roca Rey que le cuajó un intenso y variado recibo capotero. Saltilleras, gaoneras, tafalleras… afloraron en el quite del joven peruano, que no levantó el pie del acelerador. Desarrolló calidad y temple en su embestida el de Triana, que encontró sensacional réplica en un Roca Rey que lo toreó con donosura y despaciosidad en redondo mientras le aguantó el fuelle y más metido entre los pitones, improvisando con la arruicina y con varios pases cambiados por la espalda cuando se le acabó el depósito de la casta. Mató de un estoconazo hasta las cintas y le fueron concedidas las dos orejas".

"Cerró el festejo el ejemplar de menos clase del envío. No le importó tal condición a Roca Rey, que desde los estatuarios con los que principió el trasteo hasta las bernadinas con las que lo coronó, se jugó la vida sin trampa ni cartón. Valor sin alharacas del peruano, que se dejó llegar los pitones hasta la misma taleguilla y que alcanzó el cénit de su labor toreando al natural con la derecha de manera sensacional. Amarró de nuevo la estocada y cosechó dos trofeos más para su esportón. La salida a hombros de ambos diestros por la puerta grande fue vivida con pasión por la afición ecuatoriana".

Pasada la tormenta y llegada la calma, con la misma libertad de aquellos que escriben y piensan diferente, escribo y auguro éxitos para nuestra primera figura del toreo. 

¡Viva el Rey Andrés!


Andrés Roca Rey en Latacunga (Fotos: Andrea Acosta)