lunes, 12 de noviembre de 2012

FANDIÑO, MAESTRO

Sosa y complicada, pero por ello interesante, la corrida colombiana de Achury Viejo. Fandiño y Castaño dieron dos lecciones magistrales en el arte de lidiar reses bravas… 

(Texto y fotos: Juan Medrano Ch. Especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava) 


Es indudable que conforme transcurren los días, la expectativa de la afición limeña por ir a toros en Acho va al alza. Ello fue un aserto ayer, en domingo soleado y con poco más de tres cuartos de entrada. La gente respondió desde la novillada y atrás quedó el mar de cemento que solía lucir Acho en ferias anteriores, la de aquellas temporadas de carteles modestos que no emocionaban a nadie. Ayer, la gente se agolpó desde temprano para ver a los dos toreros españoles más importantes del momento: Castaño y Fandiño, dos gladiadores de la arena que encarnan hoy por hoy la verdad y pureza del toreo contemporáneo.

Y los dos maestros dieron dos lecciones del arte de lidiar reses bravas . Para el apunte y el recuerdo. Dos lecciones porque los toros no fueron fáciles. Todos excepto uno, esperaban, miraban, medían y probaban. Algunos reticentes a embestir y rajados. Pero todos acabaron rompiendo pa’lante en la medida de la sapiencia de cada lidiador, de los maestros, que arañándoles las pezuñas, atacándolos y entrando en jurisdicción, acabaron embebiéndolos en sus poderosas muletas. 

Primero fue Castaño, ante el manso grandullón que rehuyó el envite. El menudo torero no arredró; con valor sereno, cabeza, muletazo tras muletazo, se lo metió al talego. Al 4° también lo sometió, a zapatillazo limpio, en gran lección de distancias. Lástima que la gente terminara aburriéndose en los tendidos porque la muleta iba muy oblicua y el torero muy aliviado; es cierto, el toro se recostaba para los adentros; pocos lo entendieron y Castaño acabó restándole importancia al compromiso. 

Lo de Fandiño sencillamente fue proverbial. A sus dos toros los atacó y dejó patente que la cuestión de las distancias es fundamental en el toreo. A estos achuris había que pisarles los terrenos para que metieran la cabeza con codicia; y vaya que el apretado torero lo logró, pergeñando a Artillero dos tandas cumbres de derechazos en redondo rematados con el de pecho. Fue lo más emotivo de la tarde. Al 5°, que quería retornar a su dehesa, lo sujetó descarándose, exponiendo y entregándole los muslos. El mansito acabó embistiéndole sin proponérselo jamás. 

Con estas lecciones, nuestro compatriota Fernando Roca Rey la tenía complicada. Ante Madrileño se desbrozó en capotazos poco expresivos. Con los rehiletes Acho retumbó en clamor. El camino estaba expedito para el triunfo que el corajudo torero persigue desde ferias atrás, pero el morito resultó mirón y tras quedar expuesto el torero se lo echó a los lomos. De allí para adelante la historia cambió y no pudo sobreponerse a las complicaciones del toro. Al 6°, el mejor toro de la tarde y con un gran pitón izquierdo, no lo pudo cuajar y otra vez marchó de vacío de Acho

Ficha. Primera Corrida de Toros de la Feria del Señor de los Milagros. Domingo día 11 de noviembre 2012. Tarde soleada, tres cuartos de entrada. Saltaron a la arena de la más que bicentenaria plaza de Acho, seis toros de la ganadería Achury Viejo, que pasta en el municipio de Cundinamarca, Colombia, bien presentados, ásperos, sosos y muy justitos de raza y clase. 

Javier Castaño (Primera Comunión y Oro) Tres cuartos de estocada tendida y trasera, aplausos. Estocada contraria y trasera, silencio. 

Iván Fandiño (Verde Manzana y Oro) Estocada entera delanterilla, ovación tras un aviso, con fuerte petición de trofeo. Estocada entera desprendida, oreja. 

Fernando Roca Rey (Morado en Azabache) Estocada entera desprendida, palmas. Estocada entera, palmas y pitos. 

Incidencias. Fueron ovacionados los picadores de toros César Caro, en el 2°, y el español Rafael Agudo Gómez, en el 5°, ambos de la cuadrilla de Iván Fandiño, tras emplearse magistralmente con la vara. 

Javier Castaño




Iván Fandiño

 Gran puyazo del maestro César Caro...



 El toreo bueno, el de siempre...






Fernando Roca Rey