miércoles, 1 de mayo de 2019

Kuntur sueña convertirse en matador de toros

Para el maduro novillero limeño esta será su temporada decisiva. ”Lo he dado todo como novillero, he recorrido todo el Perú, costa, sierra y selva y además he toreado cinco festejos fuera del país. Sólo falta que se dé la oportunidad este año y que no se pongan trabas en el camino”. 

(Juan Medrano Chavarría)


Usted es el más maduro de los novilleros nacionales. Torea mucho y esta temporada de seguro acaricia el sueño... 

Hacerme matador de toros es uno de los sueños más grandes que tengo y estoy a puertas de hacerlo. He madurado como torero y persona. Paso un momento bueno, toreo con regularidad y espero conseguirlo pronto. 

Su padre, matador de toros, se hizo torero en tierras andaluzas. Y fue un cultor del arte y el sentimiento toreros. Usted ha heredado esa fibra...? 

Lo más valioso que herede de mi padre es su concepto del toreo, la pureza, la verdad, la naturalidad, esa tauromaquia barroca y añeja que mi padre vivió entre los años 50 y 80, es la que cultivo e intento hacer hasta el día de hoy. 

Cómo concibe el toreo usted, en un país donde los toros son muy desiguales, y donde hay que poderles mucho...? 

Mi padre siempre me decía que de salón el toreo tiene que ser perfecto y lo más puro, pues con el toro se hará lo que se puede; siempre buscando el equilibrio y acoplándose a todos los terrenos y circunstancias, pero sin perder de vista nuestro concepto. 

Usted correteó de niño en los Barrios Altos, un barrio criollo y torero...Qué recuerdos tiene de aquel emblemático rincón limeño...? 

Recuerdo cuando llevaba mi lío bajo el brazo camino a entrenar y los viejos aficionados me gritaban: torero a cortar las orejas…! otros charlaban de toros y me contaban viejas anécdotas de Acho. En ese barrio fue donde conocí al verdadero aficionado limeño, de esos que hoy quedan muy pocos. 

Su padre fue una persona muy especial. Era muy ortodoxo digamos e impulsaba mucho entre los jóvenes aquellos conceptos que hoy prácticamente pocos toman en cuenta. Usted los practica o por lo menos lo intenta delante de los toros...? 

Siempre que se puede se intenta y enhorabuena si se logra. Hacerlo es muy importante para mantener vivo aquellos detalles que al final es lo que nos distingue de los demás. 

A pesar de ser un torero fino usted torea mucho y traga mucho paquete. Cómo se las arregla por esos pueblos de Dios...? 

El tema es buscar y mantener un equilibrio. Muchas veces no sale el toro deseado y tienes que echar mano de los recursos. Pero cuando sale uno que medio se deje hay que hacer lo que llevamos dentro, el toreo pausado, sin violencia, sin forzamientos; en otras palabras torear y torear bien. 

Su sueño es convertirse en matador de toros, pero nuestra realidad es dura porque aquí a los novilleros casi ni se les toma en cuenta...Sin embargo, este parece que será el año de su alternativa... 

He luchado mucho y remado a contra corriente para llegar al borde de la orilla. He recorrido todo el Perú, costa, sierra y selva y además he toreado cinco festejos fuera del país. Sólo falta que se dé la oportunidad este año y que no se pongan trabas en el camino. 

Se siente seguro de dar el salto...? 

El momento que vivo es inmejorable para dar el salto. Lo he dado todo como novillero, aunque me quedo con la espina de no haberme presentado en Acho, pero lucharé para hacerlo de matador de toros.