martes, 29 de mayo de 2018

Jiménez indulta en Carabayllo

En una portátil, al norte de Lima, una buena tarde de toros con reses de San Pedro que arrearon con poder y dos toreros que dejaron hasta el último arresto para estar a la altura de las circunstancias. Máximos trofeos para el peruano y una oreja de mucho peso para el de Caldas. 

(Textos y fotos de Juan Medrano Chavarría) 


Los pueblos dan muchas corridas. Y en Lima, los residentes provincianos se unen para organizar festejos como el de ayer, en la plaza portátil de Joselito Rioja ubicada en el kilómetro 23.5 de la carretera Túpac Amaru, donde los hijos de Pampacocha -pujante comunidad de Canta- homenajearon a la Santísima Cruz Lomera con un mano a mano entre Cristóbal Pardo y Ángel Jiménez… 

La plaza lució casi llena, con pequeños claros, banda para amenizar y algarabía de pueblo. Los toros saltaron bien presentados, correosos y empujando a los montados. Todos fueron de triunfo, pero el 4°, que cerró plaza, tuvo más virtudes –fijeza, temple y repetición- e indultado por Jiménez tras el pedido clamoroso de la gente. Acudió al caballo, tomó una mala vara y empujó contra la valla a Cahuantico, soportando larga faena de su lidiador. Faena imperfecta, pero de mucho entusiasmo, entrega y pasión por parte del torero, que perseveró e intentó hacer el toreo, muy a su manera, cruzándose y prodigándose en series de muletazos especialmente por el pitón derecho, embraguetándose y metiéndose mucho en los terrenos del incansable pero noble sampedrano. Su 1° también tuvo gas, pero sin humillar, arrolló de salida y en la muleta Ángel se desbrozó en series ausentes de mando pero de mucha crepitación. 

Pardo, torero de especial gusto y ahora muy asentado, tuvo una buena tarde pero el triunfo grande le fue esquivo. A su 1° lo bordó con el capote con un par verónicas y un remate superior. Los dos pares de banderillas que colocó también entusiasmaron pero los doblones con que inició su faena de muleta fueron verdaderamente majestuosos y pletóricos de mando, ganando terrenos y llevando toreadísimo al burel. Empero, la piedra en el zapato fue que se lo dejaron crudo y nunca rompió en la muleta, mostrando ese incesante calamocheo que deslució en parte el buen hacer del diestro colombiano. El 3°, basto y desproporcionado, careció de ritmo en el capote y después fue una incansable máquina de arrollar. Muy templados los quites por navarras y tras ello repitió incansable echando el cuello tras la muleta. Hubo de quebrantarlo y Pardo hizo el toreo por abajo intentando ahormar con toda clase de recursos, hasta que vislumbró el abrigo de las tablas, pinchando en primera instancia y echándose a matar después para cobrar una oreja de oro. 

Ficha. Domingo día 27 de mayo de 2018. Tarde soleada con plaza rayando en lleno. Se corrieron cuatro reses de San Pedro, de buena presentación y juego. Cristóbal Pardo (Berenjena y Oro) Pinchazo y tres cuartos de estocada delantera y desprendida, vuelta al ruedo. Pinchazo en lo alto y estocada desprendida, oreja. Ángel Jiménez (Blanco y Plata) Pinchazo hondo, estocada tendida y estocada delantera, golpe de descabello, palmas tras dos avisos. Dos orejas y rabo simbólicos.


Los toros de la corrida en Asia, antes del embarque.

 Con el abre plaza, Pardo estuvo pletórico con el capote...

 Rematando la serie con sabor y arte...

Pero el bicho quedó crudo y sólo pudo afirmarse en algunos muletazos aseados por el pitón izquierdo...

 Pero con el 3° la guerra fue sin tregua...

 Echando mano de todos los recursos para estar por encima del duro animal...

 Tirándose a matar como los valientes...

 Para cobrar una merecidísima oreja que el público valoró.

 Ángel también libró su propia batalla...

 Pinchando a su 1°...

 Y enfrascándose en buena lid con el 4°...

 El buen San Pedro  que repitió incansable...

 Disfrutando a momentos...

 Relajado...

Paseando los máximos trofeos al caer la noche.