martes, 6 de febrero de 2018

MAL FARIO EN PAIJÁN

Un toro de Apóstol Santiago se llevó por delante al novillero Ronel Vásquez y fracturó la tibia al banderillero Alexander Gallardo. El animal fue devuelto vivo a los corrales. El venezolano Javier Cardozo le cortó las dos orejas al 1° y fue el triunfador de la corrida.

(Texto y fotos: Juan Medrano Chavarria)


El mal fario rondó la vieja plaza paijanera, cuyas vetustas instalaciones lucen descuidadas y poco aparentes para realizar corridas de toros formales. El piso del albero es una verdadera trampa y los burladeros no prestan seguridad a los profesionales. Precisamente lo pesado del piso hizo que primero El Yeta y luego el banderillero El Andi, trastabillaran y cayeran quedando a merced del corrido primero, al intentar apoyar a sus compañeros en la brega. 

Verdadera irresponsabilidad anunciar al novillero Ronel Vásquez -que apenas ha toreado algunos machos sin caballos y repasado becerras en algún tentadero- junto a matadores de alternativa y ganado con barbas y badana. Los tres toros anunciados para esta corrida, con el hierro de Apóstol, exigieron el carné; eran serios, tenían guasa y el último parecía tocado. Pero lo grave es que al chico se le vio inerme y sin recursos para afrontar tamaño paquete, de resultas que fue feamente cogido, zarandeado y llevado maltrecho a un centro asistencial. El otro joven aspirante a banderillero, Alexander Gallardo, también pagó su impericia echándole mano el toro y fracturándole la tibia de la pierna izquierda.

Pero no todo fue azaroso. El 1° saltó con poder y genio, peleó en el caballo, bravucón en el tercio pero en los medios obedecía los toques. Con mucha cabeza, Cardozo le vislumbró su buen fondo y tiró con mucho temple de él, regalando muletazos de buen corte y gustándose el torero. Los pases fueron sobre ambas manos, algunos, un par tal vez, de gran composición estética, abrochando con un espadazo en buen sitio que hizo aflorar las telas blancas, logrando el triunfo grande el rubio torero de los llanos venezolanos.

El negro en suerte para El Yeta no fue fácil en el capote. Rebuscaba, se revolvía e intentaba vencerse para los adentros. En la muleta lo pensaba y había que cruzarse mucho con él para lograr la arrancada, sin dejarse sorprender; cuando venía lo hacía con la cara alta y el tema era no dejarse enganchar, llevándolo toreado y sometido. Tras perseverar el bambamarquino lo logró y en el epílogo se permitió algunos adornos que el público celebró.

Ficha. Domingo día 4 de febrero 2018. Tarde soleada con media entrada. Festejo con picadores en homenaje al Señor de los Milagros, patrono de Paiján. Tres reses de Apóstol Santiago, bien presentadas y de variado juego; 3° devuelto vivo ante la negativa de los profesionales de lidiarlo y matarlo, por mostrar visos de haber sido meneado. Javier Cardozo (Berenjena y Plata) Estocada delanterilla y contraria, dos orejas. César Bazán El Yeta (Sangre de Toro y Oro) Pinchazo, estocada delantera, pinchazo, descabello, oreja.


 Paseíllo en la añeja arena de Paiján, tierra del famoso Sol de Paiján y briosos caballos de paso..

 El 1° se movió, fue importante y Cardozo estuvo centradísimo con  él...

 Pero apretaba en el tercio y al trastabillar en la arena El Yeta quedó a merced...

 En los medios el toro tenía bondad y metía la cara...

 Y Cardozo tuvo momentos de quietud  y disfrute...

 Que coronó con el triunfo por partida doble.

 El del Yeta no fue fácil...

 Pero volvió a ponerse y a mandar...

 Y a triunfar, aunque el trofeo otorgado por el juez no tuvo razón de ser, pues lo pinchó.

 Y este entusiasta muchacho, Ronel Vásquez...

 Que fue feamente prendido por el 3°, que traía mucha cosas malas...

 Poniendo de vuelta y media a  todos...

 Y conmocionado, fue llevado a las  asistencias.

Peor suerte corrió el aspirante a banderillero Alexander Gallardo, que sufrió fractura de la tibia en la pierna izquierda.