jueves, 7 de enero de 2016

“ALGO SE MUERE EN EL ALMA CUANDO UN TAURINO SE VA”

Réquiém para Alberto Ulloa Vallejos, cronista taurino y amigo. Han pasado algunos días de su partida y los recuerdos de su gran afición, sencillez y don de gente se agolpan en la mente del que escribe.

(Miguel Pardo)

Alberto Ulloa Vallejos en la Plaza de Toros "Jorge Piedra Lozada" de Cutervo.

El sábado pasado 2 de enero, recibimos la trágica noticia que Alberto Ulloa Vallejos, nuestro compañero, amigo, gran aficionado y cronista de la Revista Fiesta Brava, por designios de Dios partió sin retorno a la diestra de nuestro Señor. Alberto Ulloa, quiero recordarte con alegría todos aquellos momentos de felicidad que vivimos junto a ti, familiares, amigos y colegas del periodismo taurino en diferentes partes de nuestra geografía taurina en el Perú y el extranjero. Va por ti Betito…

ROCA REY ¡TORERO, TORERO!

"Andrés Roca Rey llenó la plaza, debutó, formó la marimorena, indultó a “Incógnito”, y se fue por la puerta grande...". Así escribió el gran aficionado colombiano Dr. Jorge Arturo Díaz Robles de la actuación del joven maestro.

(Edición: Carlos Pardo)


Andrés Roca Rey, ha llegado a la fiesta como un vendaval. Desde sus primeros escarceos novilleriles parece nacido para el triunfo. Torero de todo toro y de toda plaza. Tauromaquia larga cuajada de recursos sorprendentes para su edad, y matizada con opciones emocionales en cada caso. Canónico cuando se puede, bullidor cuando toca y alegre siempre. Sereno en el arrojo. Eficaz en la técnica. Preciso en la lidia. Parece además bendecido por la buena suerte. Hoy entró a la monumental, montera en mano y sin una mueca, ligó dos faenas de variedad y emoción. Delantales, verónicas, revoleras, espaldinas, faroles, caleserinas, chicuelinas, largas, cambios estatuarios por pecho y espalda, derechas en redondo, naturales en círculo, de rodillas y de pié, al derecho y al revés, forzados, firmas, arrucinas, luquesinas, molinetes, trincheras… mejor dicho todo el catálogo. Frente el tercero que vino a menos y ante el indultado sexto con el cual llevó la plaza al paroxismo, al pasodoble “Feria de Manizales” y a la gritería de ¡Torero, torero!...