martes, 14 de abril de 2015

PADILLA Y EL CALOR DE LA AFICIÓN RIOBAMBEÑA

Con su natural entrega, el torero jerezano puso la emoción y encandiló al foro de la Raúl Dávalos, que lo aclamó con ardor. El gran Finito desbrozó arte y despaciosidad ante un lote que apenas le embistió; en tanto el guayaquileño Guillermo Albán optó por la actitud y variedad que no le alcanzaron para puntuar. La corrida de Campo Bravo y El Pinar dio escaso juego y saltó muy discretamente presentada…

(Desde Riobamba, Chimborazo, Ecuador, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)


Un cartel muy bien rematado fue el plato fuerte de la corrida estelar de la feria del Señor del Buen Suceso, anunciada para el mediodía del último domingo. Con nubarrones grises y algunos claros por donde el cielo se dejaba ver eternamente azul, hicieron el paseíllo en la monumental Raúl Dávalos de la ciudad de Riobamba, Juan Serrano Finito de Córdoba, de grana y oro; Juan José Padilla, de verde botella y oro, y Guillermo Albán, -el diestro ecuatoriano de mayor cartel en su país-, de verde esmeralda y oro. Se lidiaron cuatro reses de Campo Bravo, 1°, 2°, 3° y 6°, de variado juego, destacando entre la mediocridad de sus compañeros el 1° y 2°, que embistieron y duraron, más el 2°, al que Padilla pretendió indultar; y dos de El Pinar, 4° y 5°, de pésima performance. Ante ellos los coletas se expresaron tal su concepto y sólo Padilla sacó partido, aupado por la condescendencia y generosidad de un público totalmente entregado a su quehacer.