lunes, 12 de agosto de 2013

ACHO Y LA MAJESTAD DE PABLO SALAS

El torero de San Mateo dibujó en la arena de Acho los mejores muletazos de la tarde. Pedrito de Portugal también dejó la impronta de su clase pero lo demás supo a muy poco. Escasa entrada en el festival en honor a San Salvador, patrono de Ayapata.

(Textos y fotos de Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros )


Hacer el paseíllo en la más que bicentenaria plaza de toros de Acho es un sueño acariciado por cualquier torero. Los más grandes de todos los tiempos han destilado su arte bajo el abrigo de sus vetustos machones y su romántica arquería; importa acaso que hoy algún indocumentado se presente, -aunque sea fuera de feria-, indignamente ataviado y sin nociones de su historia y su grandeza…?

Ayer domingo, en día gris de invierno limeño, asistimos al festival picado que organizó la colonia ayapatina residente en Lima en honor al patrón San Salvador; escaso público pero mucho jolgorio, con bellas puneñas trajeadas de gala y tonadas sureñas. Desfilaron seis toreros, cinco de a pie y un caballero. De ellos, alguno tuvo a bien tomar en serio el compromiso e indudablemente ese fue el pundonoroso Pablo Salas, enfundado en un traje de la aguja e impecables trastos acordes con su categoría de matador de toros que alguna vez saboreó la gloria en aquel mágico recinto.